Una auditoría al Subte

Llevamos dos años de gestión del subte en manos del gobierno de la Ciudad. Es un tiempo prudencial como para hacer una evaluación de lo que se hizo, más allá de la opinión subjetiva que cada uno de nosotros, en tanto usuarios, podamos tener.

No es una tarea sencilla, por cierto. Lamentablemente, el gobierno local no hace pública la información y la documentación relativa a la operación del servicio. Ni siquiera ha publicado el contrato que establece las obligaciones de Metrovías y de SBASE en esta nueva etapa. Por lo que uno se ve obligado a realizar numerosos pedidos de acceso a la información e indagar en la documentación presentada en causas judiciales o administrativas.

Sin embargo, en esta oportunidad no nos referiremos a nuestra propia evaluación (eso quedará para una próxima entrada), sino que optamos por recurrir a la opinión de la Auditoría General de la Ciudad, órgano constitucional encargado del control de los actos de gobierno.

Resulta que la Auditoría realizó un examen legal, financiero y técnico sobre lo hecho por SBASE, en tanto autoridad de contralor de Metrovías, durante el 2013. Nosotros hemos tenido acceso al borrador final (previo a la aprobación del Colegio de Auditores) del Informe, cuyas principales conclusiones nos parece importante compartir con ustedes.

Recordemos que, de acuerdo a la ley que definió el traspaso del subte a la órbita de la Ciudad, Sbase es el organismo encargado de controlar a Metrovías (no creemos que esta delegación resulta muy constitucional pero es tema de otra nota). Para ello, el contrato firmado entre ambas partes, conocido como AOM, estableció cómo se llevaría a cabo ese control. El trabajo de la Auditoría consistió en analizar lo que se hizo al respecto.

Desde el punto de vista técnico, las observaciones de la Auditoría fueron las siguientes:

No cuenta con Manuales de Procedimientos o normas de carácter interno que establezcan con claridad y precisión, la metodología de los procesos con la designación de las áreas responsables, en cada uno de los pasos de los mismos.
Baja programación de inspecciones para el Premetro, por cuanto sólo se programaron 6 inspecciones anuales, mientras que para el resto de las líneas las mismas van de 56 a 92 inspecciones.
Se realizaron menos inspecciones que las programadas en los siguientes casos:


Línea C: en cuanto a las programadas se realizaron según las Actas relevadas 15 inspecciones menos.
Línea D: en cuanto a las programadas se realizaron según las Actas relevadas 19 inspecciones menos.
Premetro: en cuanto a las programadas se realizaron según las Actas relevadas 5 inspecciones menos.


Diferencias entre lo informado por el auditado como efectivamente realizado y lo que surge de lo realizado según constancia de las Actas:


Línea C: se realizaron 8 inspecciones menos que las informadas.
Línea D: se realizaron 24 inspecciones menos que las informadas.
Premetro: se realizaron 9 inspecciones menos que las informadas.


No existe constancia de la verificación de las correcciones que debía efectuar el operador según Orden de Servicio, en plazo establecido, en ningún caso.
Excesiva e injustificada demora en la tramitación de todos los Informes Mensuales Operativos (I.M.O.).
No se cumple con el punto 3 del Anexo X, AOM, por cuanto sólo se presentaron certificados de habilitación de 8 formaciones, de un total de 72 formaciones que se encuentran en servicio, por lo que faltan los certificados de habilitación de 63 formaciones.
No se cumple con el mantenimiento de las instalaciones fijas respecto a solados desgastados y resbaladizos, filtraciones en 17 estaciones, falta de sanitarios en 19 estaciones y en el Premetro.
No se cumple con las condiciones de accesibilidad para personas con capacidad reducida en 5 estaciones y en ningún caso en el Premetro.
No se cumple con las condiciones de instalaciones contra incendios en 1 estación (Juan Manuel de Rosas); y en otra estación (Perú) uno de los nichos hidrantes está ubicado en una posición de difícil acceso. En el Premetro no hay instalaciones contra incendios en ninguna de las estaciones. En la Línea D los planos de evacuación son de difícil visualización por ser de un tamaño significativamente menor al de las demás líneas.
La señalética es deficiente en 5 estaciones y 12 estaciones no poseen señalización horizontal para no videntes. En el Premetro no se cumple en ninguna estación puesto que no existe una correcta señalización tanto vertical como horizontal en los cruces vehiculares y peatonales a lo largo del recorrido.

Desde el punto de vista financiero, se realiza una descripción de ingresos y egresos del Fondo Subte al único efecto de constatar si lo informado coincide con lo que figura en su Balance. Sin embargo, llaman la atención dos aspectos:

En los meses de noviembre y diciembre de 2013, el Fondo Subte habría retenido una parte de los subsidios (por un total de $ 51 millones) a fin de cancelar un préstamo que Metrovías habría contraído con el Banco CMF. No se especifica a qué se debió el préstamo ni por qué se lo transfirieron al Fondo Subte, siendo que no se registraron demoras en la transferencia de los subsidios.
Se mantiene la lógica de contratar a empresas del mismo grupo, sobre todo en lo que se refiere a la reparación del material rodante. En 2013 se registraron pagos a Benito Roggio Ferroindustrial, empresa del grupo radicada en la provincia de Córdoba, por la suma de $ 70 millones. En 2014 estos pagos habrían continuado.
Llama la atención los bajos ingresos por colaterales (alquiler de locales, publicidad). Apenas $ 3,5 millones por mes, cifra muy por debajo a la declarada por Metrovías, en 2012, cuando nosotros le cuestionamos que no volcaba estos ingresos a la operación del subte. Seguramente, hay un correlato entre estos bajos ingresos y el exponencial aumento de la publicidad oficial en el subte, desde el 2013.

Es sabido que las deficiencias en el control derivan en una peor calidad del servicio. Al mismo tiempo, en un esquema de control que descarta por completo, como fuente de información, las quejas de los usuarios, y que se basa exclusivamente en las inspecciones de la autoridad, muchas de las cuales son programadas junto al operador, las deficiencias detectadas por la auditoría son relevantes, aunque a simple vista no lo parezcan. En lo que se refiere al Premetro (el servicio que usan los usuarios de más bajos recursos) son gravísimas.


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