Se entregaron los premios Alberto J. Trabuco

El reconocimiento otorgado por la Academia Nacional de Bellas Artes se expone este año en la Fundación Klemm y por primera vez con distinciones a nuevos soportes

El premio Alberto J. Trabucco, implementado en 1997, sucede al Premio Palanza otorgado por la Academia Nacional de Bellas Artes desde 1946 y convoca desde sus inicios las disciplinas pintura, escultura, dibujo y grabado. Este año se expone en la Fundación Klemm y por primera vez se otorgaron distinciones a los nuevos soportes.

Esta edición 2014 podrá visitarse hasta el 3 de octubre en la Fundación Federico J. Klemm, Marcelo T. de Alvear 626, Subsuelo. Participaron Gabriel Baggio, Martín Bonadeo, Carlos Trilnick y Mariela Yeregui, que  obtuvo la distinción con la Instalación lumínica “Hay cadáveres”. Los cuatro artistas tienen en común que trabajan la temática de la memoria.

Carlos Trilnick participó con los “Archivos del terror, apuntes sobre el Plan Cóndor”, una obra producida para el Parque de la Memoria a partir de su visita e investigación en los archivos del Paraguay.

Mariela Yeregui evoca con “Hay cadáveres” el mismo tema de los desaparecidos a partir del poema de Néstor Perlongher, que sin embargo fue escrito ante el ocultamiento del cadáver de Evita. Las veletas que se mueven indicando alguna ubicación, pero cambian su recorrido mientras, la sombra que proyectan las letras, se agigantan sobre la pared, se multiplican, como los cuerpos que no están, como la pregunta dónde están.

En comunicación con la Agencia Télam, la artista Directora de la Maestría en Tecnología y Estética de las Artes Electrónicas, en la Untref, contó que este trabajo forma parte de su tesis de doctorado, que tiene que ver con la representación del desastre y la persistencia de los cuerpos muertos. Y al evocar este poema de Perlongher, habla de todos “nuestros cadáveres (desaparecidos, AMIA, Tragedia de Once, etc.) todos, todos", repite.

Diego Bonadeo es artista y Doctor en Ciencias de la Comunicación con una tesis en comunicación olfativa publicada en el 2005. Con “Aires de Buenos Aires” se liga con el pasado, lo artesanal, y se dedica a atrapar los olores que son los momentos. Una especie de catálogo aromático de “Buenos Aires".

Por último, Gabriel Baggio, graduado en artes visuales en 1998, y como todos con amplia trayectoria. presenta una instalación de 3 partes y técnicas diversas, y comenta que “Los oficios fueron siempre tema de mi interés, especialmente los que se van extinguiendo. Pertenecieron a otra organización del mundo y daban cuenta de un otro modo de relación con la producción y entre las personas. No es exactamente un oficio sino la manera en que estos influenciaron en el pensamiento de quienes los ejercían".


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