Se crea el Primer Observatorio de Violencia Obstétrica de Argentina

El primer Observatorio de Violencia Obstétrica se presentará mañana y está a cargo de la organización Las Casildas. Julieta Saulo es la fundadora y coordinadora, junto con Violeta Osorio, de la organización. En diálogo con Nueva Ciudad explicó que el objetivo es “lograr que los casos dejen de ser meras anécdotas y empezar a cuantificar, a darles cuerpo y voz a todas esas mujeres que nos hemos ido encontrando”.

Esta iniciativa es una propuesta ciudadana y autogestiva, que impulsa la creación de una red nacional que permita “recolectar y sistematizar datos y estadísticas relacionados con la violencia obstétrica; realizar seguimiento de denuncias, monitorear políticas públicas, proyectos de ley y cumplimiento de leyes; elaborar recomendaciones a organismos e instituciones involucrados; crear espacios de difusión y debate con profesionales y ciudadanía en general; promover la elaboración de estudios y proyectos de investigación; apoyar y difundir a acciones de otros colectivos y agrupaciones en torno a la VO y articular trabajo y acciones con otros Observatorios nacionales e internacionales”.

"Y no que por esta cosa de la portación del ambo blanco haya que someterse a un régimen verticalista. No, las mujeres tenemos derechos”

Hace más de un año desde la organización Las Casildas comenzaron a llevar a cabo una obra de teatro llamada “Parirnos”. “Es una obra de teatro sobre violencia obstétrica y el debate posterior es como el punto más importante para nosotros como agrupación porque nos permite difundir cuestiones que tiene que ver con este tema”, relató Saulo. Y agregó que “este dispositivo nos permitió ponerle voz a todos esos relatos aislados que de repente nos llegaban y tomar conciencia del flagelo que es este tipo de violencia, que está por demás naturalizada e invisibilizada”.

“A raíz de esto empezamos a ver qué hacer y qué marco darle, ahí surge la idea del observatorio y empezamos a trabajar de manera interdisciplinaria con varias mujeres que vienen de distintos ámbitos: sociología, antropología, biología”, recordó la fundadora de Las Casildas.

La primer tarea que se propuso el Observatorio, que tendrá su presentación en sociedad mañana, fue la realización de una encuesta para obtener datos preliminares sobre esta problemática. “Confeccionamos la encuesta y con mucha ayuda del Consejo Nacional de las Mujeres, principalmente de Victoria Montenegro y de Verónica Marzano, empezamos a realizar funciones en distintos lugares y realizábamos la encuesta durante el debate posterior”, explicó Saulo.  

En ese sentido, mañana se presentarán “los datos preliminares sobre una base de 1040 mujeres encuestadas y la verdad que los resultados son espeluznantes”, aseguró Saulo. “La idea es trabajar desde octubre 2015 a octubre de 2016 midiendo con esta encuesta a lo algo y a lo ancho del país, por eso ahora estamos muy abocados en la construcción de una red nacional”, dijo la fundadora de la organización que comenzara a buscar representantes en cada provincia.

La violencia obstétrica está enmarcada en “la formación o como nos gusta decir a nosotras la `deformación´ que sufren los profesionales que se forman o deforman para asistirnos a las mujeres en este momento”, explicó Saulo. “En la carrera universitaria, los médicos y las medicas se forman para asistir, sanar y curar patologías; entonces, qué sucedes cuando se encuentran con un hecho que vienen desde la fisiología cuando no hay complicaciones”, cuestionó.

Los médicos y médicas, explicó Saulo, “están formados con un modelo absolutamente intervencionista, esto sumado a que culturalmente, antropológicamente e históricamente las mujeres estamos acostumbradas a que tenemos que ser buenas chicas, y portarse bien, básicamente no hay que cuestionar”. “La toma de conciencia por parte de las mujeres de que somos sujetas de derecho va de la mano con un empoderamiento impresionante”, dijo Saulo.

“Tenemos derecho a preguntar, a obtener información, a movernos, a cuestionar, a saber que nos están poniendo, que les están haciendo al hijo o a la hija que acabo de parir. Y no que por esta cosa de la portación del ambo blanco haya que someterse a un régimen verticalista. No, las mujeres tenemos derechos”, concluyó Saulo.