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- 13.03.2012
Quieren habilitar la "tribuna popular" en la Legislatura porteña para que los vecinos puedan hablar
Dos diputados de la oposición porteña presentaron un proyecto que busca habilitar la participación directa de los vecinos en la sesiones ordinarias del Parlamento capitalino a través del uso de la “Tribuna Popular”, mediante la cual puedan hablar en el recinto para expresar sus puntos de vista acerca de temas de interés para el distrito.
La iniciativa, elevada en conjunto por los legisladores Adrián Camps y Rocío Sánchez Andía, contempla la puesta en práctica del mecanismo de la Tribuna que ya está establecido en el artículo 76 del Reglamento Interno del Parlamento y que desde hace más de un década permanece sin su aplicación.
Es más, desde el inicio de las funciones de la Legislatura porteña como tal, luego del cierre del Concejo Deliberante en 1996, se elevaron al menos 40 propuestas que incluían la implementación de la Tribuna, pero ninguna prosperó con éxito ante la falta de acuerdo por parte de los diputados en mandato.
“Nunca los oficialismos de turno quisieron que se aprobara la Tribuna porque este tipo de herramientas, que refiere a una democracia participativa, les significa perder poder”, explicó a Télam Sánchez Andía, de la Coalición Cívica.
El texto ingresado, que está en análisis en la Junta de Interpretación y Reglamento que coordina el PRO, permite a la ciudadanía efectuar “planteos sobre temas de especial interés para la Ciudad o sobre proyectos presentados que tengan estado legislativo, tengan o no despacho de comisión y figuren o no en el orden del día de la sesión ordinaria en que se desarrolle”.
Asimismo, sostiene que podrán hacer uso de la palabra las personas físicas, entidades de bien público, organizaciones sociales o entidades que propendan a la defensa de los derechos de incidencia colectiva que desarrollen sus actividades en al ámbito de la Ciudad.
También propone que quienes soliciten ser parte de la Tribuna accedan a cinco minutos para su planteo, no pudiendo superar los nueve oradores por sesión, los cuales estarán inscriptos ante la Secretaría Parlamentaria, la cual, a su vez, deberá informar con tiempo suficiente a los diputados respecto de las solicitudes ingresadas.
Camps, por su parte, precisó que la Tribuna Popular “es una forma de ampliar la participación de la ciudadanía y el contacto con los diputados” y lamentó la falta de “reglamentación” del artículo 76 que incluye su puesta en vigencia.
“Esperemos que este año se pueda aprobar porque es interesante como espacio para que se expresen los vecinos y nosotros poder escucharlos”, dijo y señaló que “nadie pudo explicar las razones por las que nunca se aplicó, pero tiene que ver con cuestiones políticas seguramente”.
El requerimiento para que sea habilitada la Tribuna Popular tiene su antecedente en la idea conocida como “la Banca del Vecino”, gestada en junio de 1996 durante una reunión de entidades vecinales que buscaban en la idea de una democracia participativa que se implantaría en la Constitución de la Ciudad.
Desde entonces y con la apertura de la Legislatura a fines de la década del 90, fueron al menos 40 los diputados que a lo largo de esos años presentaron iniciativas con el mismo objetivo ya sea bajo la figura de la Banca del Vecino o bien el de la Tribuna Popular.
Entre ellos, estuvo en el 2001 uno de la entonces diputada Lía Méndez con la intención de generar un medio ágil para la recepción de propuestas, denuncias u opiniones que surjan de los vecinos y promover una mejor comunicación entre los ciudadanos y la Legislatura.
Para el 2009, el diputado mandato cumplido Facundo Di Filippo hizo lo propio para incluir en las sesiones un “mecanismo que permita a la ciudadanía incorporar temáticas propias de la agenda pública que la Legislatura no esté teniendo en cuenta”.
La iniciativa, elevada en conjunto por los legisladores Adrián Camps y Rocío Sánchez Andía, contempla la puesta en práctica del mecanismo de la Tribuna que ya está establecido en el artículo 76 del Reglamento Interno del Parlamento y que desde hace más de un década permanece sin su aplicación.
Es más, desde el inicio de las funciones de la Legislatura porteña como tal, luego del cierre del Concejo Deliberante en 1996, se elevaron al menos 40 propuestas que incluían la implementación de la Tribuna, pero ninguna prosperó con éxito ante la falta de acuerdo por parte de los diputados en mandato.
“Nunca los oficialismos de turno quisieron que se aprobara la Tribuna porque este tipo de herramientas, que refiere a una democracia participativa, les significa perder poder”, explicó a Télam Sánchez Andía, de la Coalición Cívica.
El texto ingresado, que está en análisis en la Junta de Interpretación y Reglamento que coordina el PRO, permite a la ciudadanía efectuar “planteos sobre temas de especial interés para la Ciudad o sobre proyectos presentados que tengan estado legislativo, tengan o no despacho de comisión y figuren o no en el orden del día de la sesión ordinaria en que se desarrolle”.
Asimismo, sostiene que podrán hacer uso de la palabra las personas físicas, entidades de bien público, organizaciones sociales o entidades que propendan a la defensa de los derechos de incidencia colectiva que desarrollen sus actividades en al ámbito de la Ciudad.
También propone que quienes soliciten ser parte de la Tribuna accedan a cinco minutos para su planteo, no pudiendo superar los nueve oradores por sesión, los cuales estarán inscriptos ante la Secretaría Parlamentaria, la cual, a su vez, deberá informar con tiempo suficiente a los diputados respecto de las solicitudes ingresadas.
Camps, por su parte, precisó que la Tribuna Popular “es una forma de ampliar la participación de la ciudadanía y el contacto con los diputados” y lamentó la falta de “reglamentación” del artículo 76 que incluye su puesta en vigencia.
“Esperemos que este año se pueda aprobar porque es interesante como espacio para que se expresen los vecinos y nosotros poder escucharlos”, dijo y señaló que “nadie pudo explicar las razones por las que nunca se aplicó, pero tiene que ver con cuestiones políticas seguramente”.
El requerimiento para que sea habilitada la Tribuna Popular tiene su antecedente en la idea conocida como “la Banca del Vecino”, gestada en junio de 1996 durante una reunión de entidades vecinales que buscaban en la idea de una democracia participativa que se implantaría en la Constitución de la Ciudad.
Desde entonces y con la apertura de la Legislatura a fines de la década del 90, fueron al menos 40 los diputados que a lo largo de esos años presentaron iniciativas con el mismo objetivo ya sea bajo la figura de la Banca del Vecino o bien el de la Tribuna Popular.
Entre ellos, estuvo en el 2001 uno de la entonces diputada Lía Méndez con la intención de generar un medio ágil para la recepción de propuestas, denuncias u opiniones que surjan de los vecinos y promover una mejor comunicación entre los ciudadanos y la Legislatura.
Para el 2009, el diputado mandato cumplido Facundo Di Filippo hizo lo propio para incluir en las sesiones un “mecanismo que permita a la ciudadanía incorporar temáticas propias de la agenda pública que la Legislatura no esté teniendo en cuenta”.
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