“Nosotros damos propuestas alternativas, ellos tienen que dar explicaciones”

Fernando Sánchez es diputado nacional de la Coalición Cívica por la Ciudad de Buenos Aires y acompaña a Martín Lousteau como vicejefe de Gobierno porteño. Es licenciado en Ciencias Políticas de la Universidad de Belgrano y en 2007 se convirtió en el diputado más joven de la historia hasta ese momento cuando debió reemplazar a su líder Elisa Carrió, quien renunció a su banca para dedicarse a la campaña presidencial de 2007.

En diálogo con Nueva Ciudad, analizó la gestión macrista de los últimos ocho años, cuales son sus propuestas y el futuro de la alianza ECO.

Por Leila Lobos y Sebastián De Toma

¿Qué análisis hace de la gestión macrista?

Muchas, pero no sólo críticas sino también le reconocería lo que hizo bien. Creo que se animó a plantear políticas públicas que antes no se debatían como el ordenamiento del tránsito. La implementación del metrobús funcionó bien. Pero hay que aclarar que la misma solución no sirve para todos los problemas. Con esto quiero decir que si el metrobús de la 9 de julio o de Juan B Justo, que a priori funcionan bien con mis reparos en otras cuestiones no de funcionamiento, no quiere decir que en todos lados sea la solución adecuada al tránsito ni al transporte.

Es destacable la inclusión de otros actores como modos de transporte, por ejemplo, el uso y la creación del sistema público de bicicletas. En números es insignificante en relación a la masividad de los que nos movemos por la Ciudad pero es ambientalmente bueno.

En cuanto a las crítica: el sobreprecios, por ejemplo, no me gusta, ni con Julio de Vido, ni con el gobierno de la Ciudad. Me parece reprochable penalmente y una falta administrativa y de consideración con los recursos públicos inmensa.

Tampoco se hizo la revolución en el transporte, es decir, son planteos de mediana escala. Por ejemplo, no se ha logrado conciencia vial, el peatón sigue siendo el último orejón del tarro. La cultura vial es básicamente el respeto no sólo por las normas de tránsito sino por las normas de respeto del eslabón que sigue. Que una señora tenga que esperar a que crucen los colectivo, las motos, los autos particulares, los taxis y los ciclistas para poder cruzar la calle forma parte de la cultura del país invertido. Y esta Argentina tiene una cultura así, todos creen que tienen derecho antes que el otro, entonces me parece que en eso no lograron casi nada.

En lo que respecta a la articulación con los modos de transporte que corresponden a Nación no se ha logrado mucho. La transferencia del subterráneo fue tardía. Se están incluyendo sobre todo formaciones nuevas, pero hay que modificar señalizaciones, el sistema de seguridad, las vías y las salidas. Hay que hacer un equilibrio entre el costo de explotación del servicio y la tarifa, todavía sigue habiendo un desequilibrio. Celebro que la línea A, por ejemplo, haya pasado de vagones de 1914 a vagones 0km del 2014. Es decir, que hayamos avanzado cien años en las formaciones que se usan, pero no me gusta que se pague medio millón de dólares de más por vagón.

Entonces, hay que reconocer lo que se hace bien, pero si queremos evolucionar hay que resaltar lo que está mal y hay que subir la vara de la comparación. Los recursos públicos si bien son muchos en la Ciudad también son finitos y las necesidades son muchas y las políticas públicas insatisfechas son muchas. No todo se consigue con plata, hay mucho de los recursos que tiene que ver con su cultura, con la formación, con el cumplimiento de la ley.

En educación, salieron de la emergencia edilicia con la que iniciaron el gobierno con una ley de emergencia de infraestructura escolar. No nos llevaron la primer mundo en ese aspecto, sólo salimos de la emergencia que es distinto. Se incluyó el idioma inglés como obligatorio, lo que es bueno porque es una herramienta muy importante para cualquiera, igualadora en oportunidades de trabajo, de conocimiento del resto del mundo. También es bueno ir hacia la doble escolarización, no como modo de contención de los alumnos sino como cantidad de horas en la que los estudiantes tiene la posibilidad de aprender. Sin embargo, distribuyeron netbooks pero sin contenido pedagógico en una Ciudad donde la brecha digital no es el problema.

Tampoco hay una ley general de educación, entonces lograron tener a los chicos el doble de tiempo en la escuela, con una computadora enfrente y con el techo que no se les cae por la cabeza. Sin embargo, hay un problema básico: no sabes que hay que enseñar porque la currícula es de hace 100 años. Lo que te suma el conflicto de no saber a donde se va con la educación y no formas en calidad a tus docentes y profesores.

Lo que hay que hacer es poner toda la inteligencia y los recursos fundamentalmente en docentes y profesores porque son los que les van a transmitir a 30 alumnos por aula o mas lo que saben. La ley general de educación le va a decir docentes profesores que es lo importante a enseñar. En el ámbito nacional y de la Ciudad. Inclusive el ordenamiento en un sistema educativo depende más de lo local que de lo nacional. Por ejemplo, una buena decisión del gobierno de Ibarra, que no considero bueno, fue la de plegarse a la ley federal de educación de la época de Carlos Menem.

Si la educación funciona bien se solucionan la mitad de los demás problema: de trabajo, de convivencia, de buena o mala administración del sector público, mayores posibilidades de emprendedores.

En seguridad se quedaron a mitad de camino por una apuesta muy fuerte. Cuando se votó la creación de la Policía Metropolitana dijimos que sí pero con la identificación de la competencias entre las fuerzas federales y la metropolitana. En la ciudad de Buenos Aires hay cuatro fuerzas de seguridad actuando: Policìa Metropolitana, Policía Federal, Prefectura y Gendarmería. Si se sigue el paradigma: más policías más seguridad, ésta debería ser la ciudad más segura del mundo.

Pero la política de seguridad tiene su centro en lo policial, pero no se termina ahí. Tiene que ser pensada en el espacio público, en lo educativo,en la integración de los barrios difíciles y conflictivos, e interjuridiccionalente. Cuando dijimos la Ciudad como autónoma que es tiene que tener su propia fuerza de seguridad requerimos el traspaso de lo que corresponde de la Policía Federal que es el grueso de efectivos a la administración y decisión política de la Ciudad de Buenos Aires.

La Nación es muy mezquina con la Ciudad por eso les va como les va. Esto significa que la seguridad es claramente responsabilidad concurrente del gobierno porteño y nacional, y los dos tiene que decir que hicieron para mejorarla. Los vecinos están contentos con cualquier policía que se pare en la puerta de su casa, pero tienen que explicar si está para mejorar la seguridad o para mirar para el costado, o compartir el negocio con el narcotráfico o con las salideras bancarias.

Entonces hay políticas en las que han hecho planteos innovadores, otras en las que se han hecho buenas implementaciones y algunas en las que han ignorado completamente entera la política, por ejemplo, la del sistema público de salud. Se gastan 2,5 millones de pesos por día en publicidad, que sirve más para comprar línea editorial que para enseñarnos a los ciudadanos cuáles son nuestros derechos o cómo adquirir cierta cosa provechosa para nosotros. Pero nunca se ve una publicidad de un derecho de un ciudadano o de lo bueno que es concurrir al hospital público.

El problema es el cálculo electoral: tan sólo el 17% de los ciudadanos de Buenos Aires utilizan el sistema público de salud. Esto desde el Estado es humanamente inaceptable. Hoy leí en el diario La Nación una encuesta que decía que la mayor parte de los ciudadanos porteños están de acuerdo con que se puedan usar los servicios en ciudadanos de otras jurisdicciones, por ejemplo la provincia de Buenos Aires. Es fundamental tener un área metropolitana que preste servicios a los ciudadanos de ambas partes, porque desde Capital Federal se entierra la basura en la provincia de Buenos Aires y nadie dice nada.

Las encuestas ubican a ECO como segundo con la posibilidad de un ballotage, ¿cómo lo sientes ustedes?

Muy bien para la ciudad de Buenos Aires en primer lugar y para nuestra alianza, obviamente, porque trabajamos para eso. Lo vemos bien para la Capital Federal porque en otra posibilidad de ballotage el resultado ya se sabe: gana el pro. En cambio, con nosotros en el ballotage son dos fuerzas con posibilidad real de gobernar la Ciudad.

Va a haber que tener un debate público, que va a tener que ser profundo y en el que cada uno va a tener que dar lo mejor de sí mismo. La sociedad va decidir quien quiere que lo gobierne. Nosotros tenemos que hacer el máximo esfuerzo.Un ballotage exige que cada uno de lo mejor de sí.

El candidato Horacio Rodríguez Larreta modificó sus respuestas porque las que daban antes era de un ganador sin duda, y ahora son las de un señor que se tiene que esforzar con un equipo de trabajo para ser mejor que le otro. Como nosotros nos tuvimos que esforzar mucho para ser mejor que el PRO. Estudiamos cada política, tuvimos que ser buenos opositores con nuestro rol de control,pero también con la presentación de propuestas alternativas.

Mientras que ellos después de ocho años y mucha plata como le podría tocar decir al gobierno nacional, después de 12 años, tienen que dar explicaciones no promesas. Nosotros damos propuestas alternativas, ellos tienen que dar explicaciones.

¿Cómo viven día a día y luego de las elecciones de la Ciudad el hecho de competir con el PRO en el ámbito porteño, pero acompañarlo en lo nacional participando de una misma interna?

Yo soy miembro de un partido nacional, y como tal tiene que decidir su estrategia en todo el país. En ese sentido, creemos que lo mejor que en ambos ámbitos lo que podemos brindar es la posibilidad cierta de una alternancia.
Desde nuestro espacio político creemos que lo que tenemos que dar en una sociedad democrática en serio para minimizar los riesgos republicanos es la existencia de una fuerza política alternativa de calidad que pueda disputarle el gobierno tanto en Ciudad como en Nación.

Si el gobierno de Cristina Fernànde de Kirchner sabe que gana 4 años más hace lo que quiere, y normalmente no es bueno. Lo mismo sucede con el gobierno de Mauricio Macri, no van a solucionar ninguno de los problemas porque hacen cálculo electoral. En cambio si la sociedad les demuestra que mira otras opciones reales los obliga a repensar las polìticas.

De esta manera, no pueden seguir utilizando las excusas de la crisis del 2001 o la del 2007 de la infraestructura escolar, porque quedo muy atras todo eso. No pueden decir que el 2001 dio X cantidad de pobres que fueron muchos y hoy estar al mismo nivel y ni siquiera reconocerlos.

Es decir, que a nivel nacional decidimos conformar una alianza competida porque mi candidata es Elisa Carrió no Mauricio Macri, pero creo que tiene que ser competida sin que divida los votos opositores porque sino no hay posibilidad de que sea en serio un riesgo para el Frente para la Victoria.

La nueva alianza ECO, ¿es un acuerdo electoral o va a continuar luego de las elecciones?

Existen coincidencias en términos de los panteos y de lo que queremos la mayoría de las fuerzas y actores políticos que conformamos esta alianza. La verdad es que no hay mucha diferencia entre el socialismo porteño, la Coalición Civica y la Unión Cívica Radical (UCR). Martín Lousteau es nuestro candidato y no tiene afiliación partidaria.

Somos mayoritariamente personas de clase media que nos ha ido bien y queremos que al resto le vaya igual. También queremos una ciudad moderna, integrada, sustentable, no es muy difícil. Esta alianza quiere gobernar la Ciudad porque creemos que estamos en condiciones de hacerlo. Hay mucha gente que no pertenece al mundo de la política y que tiene experiencias profesionales extraordinarias que se suma todos los días a nuestra alianza. Eso es porque dicen “yo con ustedes si quiero gobernar”. Hay parte de la sociedad que quiere volcar lo que sabe para mejorar lo que somos y eso me parece muy bien.


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