“La novia de Gardel” en el Regio

Un musical de tango, pasión y suspenso con Ana María Cores.

En conmemoración del 80ª aniversario del fallecimiento de Carlos Gardel, el Teatro Regio, Av. Córdoba 6056, inició su temporada 2015 con el estreno de la obra “La novia de Gardel”, un musical de tango, pasión y suspenso.

La obra, que ya recorrió varios festivales internacionales, es protagonizada por la gran Ana María Cores, quien será la apasionada novia del gran Carlos Gardel y Mariano Depiaggi, que se pone en la piel del “Zorzal Criollo” para interpretar los temas que lo hicieron conocido a nivel internacional.

“La Novia de Gardel” es un musical escrito por Marisé Monteiro, Ana María Cores y Pablo Mascareño, arreglo musical de la mano de Juan Serruya, coreografía de Mecha Fernández, escenografía de Ana Repetto, puesta en escena y dirección general de Valeria Ambrosio.

Ana María Cores protagoniza la historia de una mujer inmigrante que concreta el sueño de todas: convertirse en la novia de Gardel. Su vínculo con el “Zorzal Criollo” es el escape hacia un mundo de libertad. Pero cuando el 24 de junio de 1935 la radio anuncia la tragedia que enluta a buena parte del mundo, todo cambia.

En el transcurso de la obra las letras de los grandes poetas del tango que pertenecen al repertorio de Gardel son tomadas como una continuación natural del relato. Así los personajes alternan la palabra textual con las melodías de tangos como “La morocha”, “El día que me quieras”, “Por una cabeza” entre otros.

Mascareño cuenta que "la idea de la obra fue dibujar, hacer una especie de radiografía de la vida de esta mujer que llega desde Italia engañada a la ciudad de Buenos Aires. Le habían prometido que vendría a casarse, esa era la promesa. Es una historia de ficción pero está inspirada en la realidad, en lo que sucedía en aquella época", dice.

"Hicimos una investigación fuerte de la trata de personas y de la violencia de género que existía y se tapaba en 1920 o 1930, una temática con mucha vigencia actual. Se trataba de esas jovencitas que llegaban engañadas desde Europa y que terminaban trabajando en prostíbulos porteños, como esclavas sexuales, tal como le sucede a la protagonista de la obra, cuya única forma de sobrellevar esa vida de ostracismo es soñar con ser la novia de Gardel. Ser la novia era su fantasía de escape a la libertad", comenta Mascareño.

Ana María Cores, que carga una extensa trayectoria en el musical argentino, desde la recordada "Aquí no podemos hacerlo" (1978) a la primera y mejor "Doña Flor y sus dos maridos", junto a Adrián Ghio, interpreta a una muchacha humilde y soñadora que hacia 1935 pretende seducir al Zorzal Criollo.

Dice haber llegado de Italia con promesas de matrimonio, pero en el puerto se encontró con un novio de escasos atractivos, al que rechazó, y comparó positivamente su caso con el de alguna amiga o conocida, "importada" para una red de trata.

La chica da por sentado su romance con el Cantor, lo ve venir, canta junto a él, Mariano Dapiaggi lo encarna bien y canta mejor sin intención de imitar a Gardel más que en el peinado y la ropa, le reprocha la ausencia por sus eternas giras y hasta imagina un compromiso con anillo y todo.

"La novia de Gardel" evita introducir lo político y lo histórico, la cosa se mantiene por el innegable magnetismo de Cores.

Sin embargo, el texto hace lugar a la descripción de la mujer en aquellos tiempos y deja entrever las peripecias de aquellas chicas, que podían ser italianas o polacas que llegaban a estas playas ilusionadas y envueltas en el engaño.

La sensibilidad de la actriz le permite una mezcla elocuente de la soledad, el desarraigo y el humor ingenuo de su criatura, cuya interacción con ese Gardel imaginario tiene la delicadeza de no llegar al contacto físico, por lo menos hasta el momento del accidente de Medellín, cuando la fantasía linda con el delirio.

Si bien se ve venir, la pieza da una vuelta de tuerca que desata el drama íntimo de la protagonista -la acción abre y cierra con el anuncio radial de la muerte de Gardel, el 24 de junio de 1935- y gracias a la memoria colectiva remata en la complicidad de la platea.

El espectáculo, que para Cores aporta una suerte continuidad con "El conventillo de la Paloma", donde con la conducción de Santiago Doria cosechó elogios al por mayor, fue visto antes en algunas plazas públicas porteñas y hasta se representó en Medellín, Colombia, punto central de la tragedia.

La dirección y la puesta de Ambrosio son de las más delicadas de su cosecha, con una acertada intervención musical de Juan Serruya, que adapta viejos temas y les aporta variantes atractivas, y contiene delicias de vestuario y efectos técnicos -luz, videos, imagen- que refuerzan las bondades del espectáculo.

Funciones: miércoles a sábados 21 hs y domingos 20 hs en el Teatro Regio, Av. Córdoba 6065. Entradas desde $70.


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