Gentili, sobre la nueva terminal en zona sur de la Ciudad: “Ante cada necesidad, el gobierno porteño genera un negociado nuevo”

Rafael Gentili presentó un informe que denuncia el proyecto que impulsa la construcción y operación de una nueva terminal de ómnibus en la zona sur, en un contexto desfavorable para los intereses económicos de la Ciudad.

Rafael Gentili, presidente del partido Izquierda Democrática, presentó el informe “La Nueva Terminal de Ómnibus Dellepiane: Ante cada necesidad, un negocio” en el que denuncia que el proyecto “surgió por iniciativa privada de Terminales Terrestres Argentina S.A (TEBA S.A, actual concesionaria de Terminal de Retiro), con el objetivo de apropiarse para sí de un negocio millonario, no solo por el volumen de facturación, por la utilización de las dársenas por parte de las empresas de micros y los negocios colaterales de la terminal, sino también por la posición monopólica que ejercerá TEBA S.A en la Ciudad al controlar las únicas dos terminales de ómnibus”.

Gentili explica que, en teoría, resulta un proyecto interesante ya que podría absorber por lo menos el 40% del flujo actual de pasajeros de Retiro y generar un nuevo polo comercial en la Comuna 8 (integrada por los barrios de Villa Soldati, Villa Riachuelo y Villa Lugano), a fin de revalorizar las propiedades vecinas y crear 1200 puestos de trabajo nuevos. Pero Gentili afirma que, “en la práctica, el macrismo aprovecha la ocasión para privatizar tierras públicas, perder el control sobre un servicio estratégico para la Ciudad y generar un negocio a perpetuidad para una empresa que cuenta con antecedentes poco transparentes”.

“La propuesta del Gobierno de la Ciudad atenta contra los intereses del propio gobierno y el sentido común: el operador nunca va a pagar canon por la explotación del negocio. Bajo este esquema, la Ciudad contará con una nueva terminal de ómnibus totalmente privada sobre la que no tendrá ningún tipo de injerencia ni control. Esto implica, entre otras cosas, que nunca podrá sacarle la concesión al privado, por la sencilla razón de que no existe tal concesión”, agrega el representante de Izquierda Democrática.

TEBA S.A es presidida por Néstor Otero quien está acusado de pagar, a través de esta empresa, el alquiler de un departamento donde vivía Ricardo Jaime, al mismo tiempo en que éste debía fiscalizar el cumplimiento del contrato de la Terminal de Ómnibus de Retiro y renegociar la concesión.

Sumado a este antecedente, “la forma en la cual fue armada la licitación para la construcción y operación de la terminal implicará que la Ciudad realizará un préstamo a TEBA S.A (instrumentado mediante un contrato de leasing) para que la empresa compre el predio, pagándolo en cuotas durante 18 años. En consecuencia, cuando TEBA S.A ejerza la opción de compra la nueva terminal estará emplazada sobre dominio privado y la Ciudad perderá en un futuro el control de un servicio estratégico”.

Gentili continúa “Esto se debe a que el Gobierno porteño optó por vender tierra pública (un predio de 37.212 m2 ubicado en la intersección de la Autopista L. Dellepiane y Lacarra, una dimensión cercana a la mitad de la Terminal de Ómnibus de Retiro) en vez de conservar el predio y concesionar la construcción y operación de la terminal”.

Las condiciones en las cuales fue estructurado el contrato de leasing implican que TEBA S.A deberá pagar un monto trimestral a fin de devolver el préstamo, pero de ningún modo pagara un canon por la explotación de la terminal. En adición, tampoco se verá incrementado las cuotas del contrato de leasing por las mejoras que realice la Ciudad mediante la llegada de la extensión de la línea E y una nueva bajada de la autopista especialmente construida para la terminal. Además, si durante esos 18 años de contrato la empresa incurriera en incumplimientos, el Gobierno no tendría herramientas para sancionarla. La única forma que el leasing se caiga es si la empresa no cumple con el pago de las cuotas/canon mensuales.

Por otra parte, junto con la operación y mantenimiento de la nueva Terminal Dellepiane, la empresa podrá explotar la totalidad de los negocios que generará la terminal: estacionamiento, locales gastronómicos, espacios comerciales y publicidad, entre los principales, sin darle participación en tales negocios a la Corporación Buenos Aires Sur (CBAS).

“A la luz de lo expuesto, resulta evidente que bajo un objetivo interesante como es la descentralización de la terminal de Retiro, el ejecutivo porteño monta un colosal negocio para una empresa privada. Lo que confirma que ante cada necesidad el Gobierno de la Ciudad responde generando un negocio nuevo”, concluye Gentili.


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