El PRO cerró programa de distribución de libros a escuelas

El programa entregaba libros a la Gestión Estatal de la ciudad de Buenos Aires, desde sala de 5 hasta el último año, y a escuelas especiales y de adultos.

Carola Martinez Arroyo fue coordinadora del programa que tuvo varios nombres: 3 X 1, Biblioteca Personal, Leer para Crecer y LPC. Por medio de una carta publicada en www.dondevivenloslibros.com, Martinez Arroyo relató: "Trabajé en el armado y en la puesta en marcha, primero desde casa y después dentro del ministerio bajo gestiones de dos ministros. Trabajé como técnica, más allá de la signo político de la gestión por considerar que el programa si bien no paliaba las desigualdades del acceso a la lectura era un aporte para la alumnos y las escuelas. Y realmente no me arrepiento".

"El razonamiento para elegir libros en el programa era que estábamos eligiendo para todos los niños de la ciudad y todos los niños, son todos los niños. Los niños de los colegios de Belgrano, los niños de Lugano y Barracas, los chicos que van al programa Puentes escolares, los chicos que tienen padres testigos de Jehová, los chicos de familias ateas, todos los niños recibirán ese libro. Y deberían ser libros que respetaran esas diferencias", explicó la ex coordinadora del programa cancelado por el Ejecutivo porteño.

Y agregó: "Nuestras selecciones fueron cuidadas, todas repensadas en términos de calidad literaria y estética. Todos los años, por ejemplo, entregamos El diario de Ana Frank, de esta manera todos los chicos de 12 años, leerían que una nena de su misma edad vivió encerrada y murió en un campo de exterminio por ser diferente".

Tres años atras, Martinez Arroyo se enfermó gravemente y al año y medio decidió tomar una licencia. "El año pasado ya no se entregaron libros de literatura y este año al parecer se dio de baja el programa", indicó la editora.

"Recibí un mail de la asesora del ministerio, anunciándome que dan de baja mi contrato. Más allá de quedarme sin contrato llevo días pensando en los libros y los niños. Y en cómo los chicos los recibían y reclamaban como un derecho. Es una pena que esa relación se trunque. Es una pena y es también una ofensa, una falta de respeto a esos años de trabajo, a esa inversión -económica y profesional- que les costó dinero a todos los contribuyentes de la ciudad", denunció Martinez Arroyo.


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