Como saber si uno es un adicto a la información política

Esta nota es un servicio de bien público. Las cifras de salud pública son contundentes (o deberían serlo, estoy segura, si alguien hiciera una investigación sobre el tema): cada vez más personas sufren de una espantosa condición llamada “adicción a la información política”.

Servicio a la comunidad

Esta nota es un servicio de bien público. Las cifras de salud pública son contundentes (o deberían serlo, estoy segura, si alguien hiciera una investigación sobre el tema): cada vez más personas sufren de una espantosa condición llamada “adicción a la información política”. Esta afección crónica afecta tanto a mujeres como varones, jóvenes y adultos mayores y a ciudadanos de todos los grupos sociales. Esta adicción es especialmente grave entre los graduados en carreras de Ciencia Política (aunque, extrañamente, se conocen de algunos casos de politólogos que, por ejemplo, cenan normalmente con sus familias una noche de elecciones en vez de estar mirando dos pantallas a un mismo tiempo), pero hemos conocido casos de politiquismo graves en ingenieros e ingenieras, geólogos, maestros, cocineras y hasta algún arquitecto. Queremos ayudar a que las familias y amigos puedan conocer los síntomas de este síndrome de tal manera de ayudar a sus personas queridas a moderar su adicción. Avisamos, sin embargo, que no hay cura conocida para ella.

1. Lee por lo menos cinco o seis diarios por día. Hablamos por supuesto de diarios extranjeros. Los nacionales no cuentan, ya que los lee todos. Pero un political junkie leerá también al menos dos de Estados Unidos, The Guardian de UK, O Globo y Data Folha de Brasil y alguno más de Francia e Italia, según las capacidades lingüísticas.

2. Estudia las elecciones con la devoción que otros analizan estadísticas de fútbol o los Evangelios. Es probable que un political junkie en estado avanzado haya hecho una línea de tiempo con la fecha de todas y cada una de las múltiples elecciones del 2015. AVISO: Este año será muy difícil de sobrellevar para muchas familias.

3. Puede estar hasta la madrugada compitiendo con amigos sobre quién era candidato en elecciones que sucedieron hace 30 años. ¿A qué cargo fue electo Juan Manuel Casella en 1983? (Diputado nacional.) ¿Quién fue el candidato a vicepresidente de Ítalo Argentino Lúder? (Deolindo Bittel) Estas preguntas y otras más abstrusas pueden ser discutidas en una sobremesa por horas por grupos de adictos, generalmente ante las caras de irritación de sus familiares y amigos.

4. Fue candidato a algo en su Centro de Estudiantes. Como con el alcohol y el tabaco, cuando más temprana sea la introducción al vicio más profundo será el impacto. Si la persona fue electa presidente, vicepresidente o (como en el caso de esta columnista) secretaria general de su Centro de Estudiantes Secundarios, es casi seguro que quedará enganchada de por vida.

5. Tiene guardada en el navegador la contraseña del blog de Andy Tow para poder entrar automáticamente. Si comprendés de que estamos hablando, buscá ayuda.

6. Discute las diferencias entre presidencialismo y parlamentarismo, incluyendo categorías como “semipresidencialismo”, “parlamentarismo Westminster” o “sistema alemán”. Porque nada es más divertido que discutir modelos de representación política y formación de mayorías.

7. Escucha y comenta no sólo TODOS los actos políticos de este país, sino otros del extranjero, como el State of the Union Address del presidente de los Estados Unidos. Otra vez, en general esto suscita fastidio o incredulidad de otras personas.

8. Tiene un país sobre el cual es experto. Algunos son expertos en Rusia. Otros se obsesionan con la política del parlamento Indio. Otros, por ejemplo, saben todo sobre Corea. Por qué, no podemos contestarlo.

9. Los días de elección nacional casi no duerme. La consigna en noche de elecciones es no irse a dormir hasta conocer todos los resultados, haber visto todos los discursos de ganadores y perdedores, y haber discutido todo esto en facebook y twitter. El lunes siguiente a una elección debería sin dudas ser declarado feriado.



10. Comprenden y recuerdan todas las normativas de las PASO. Si esto te sucede, busca ayuda.

11. Siguen los cambios en los gabinetes (nacionales y de su provincia, o varias) como otros siguen los cambios en los elencos del “Bailando”. Y, por supuesto, tienen opiniones sobre cada uno de los y las ministros y muchas OPINIONES sobre cambios posibles y necesarios.

Recuerden: Los political junkies son víctimas de una terrible condición, pero también son personas que merecen amor, cuidado, y que de vez en cuando nos escuchen con paciencia cuando discutimos la distribución de cargos con la fórmula D’Hont.


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