¿Cómo nos miden?

Desde el 2007 a esta parte la Argentina está atravesada por un conflicto importante en torno a la veracidad y confiabilidad de su sistema público de mediciones y estadísticas sociales y económicas que está a cargo del INDEC.

Paralelamente al desarrollo de este conflicto, se ha implementado un nuevo sistema de medición de los Niveles Socio Económicos (conocido como NSE 2006) que resulta una pieza fundamental en los estudios de mercado y de opinión pública y en la segmentación de audiencias.

El NSE se propone expresar –de manera indirecta- la capacidad de gasto de un hogar. La pregunta directa sobre ingresos del hogar en las encuestas ha demostrado ser ineficiente tanto por el rechazo de los entrevistados a brindar el dato como por la distorsión de la información por parte de un segmento relevante de quienes responden.

No existe patrón de medida internacional. En EE.UU. se interroga directamente por los ingresos obteniendo excelente calidad de respuesta. En Latinoamérica cada país tiene su propia metodología de medición y de estratificación de la sociedad. El único índice que cruza fronteras es el de la Unión Europea.

En Argentina la Asociación Argentina de Marketing condujo procesos de definición y revisión del Índice en 1991, 1994 y 1996. La crisis del 2001/2 obligó a revisar y actualizar este Índice, tarea que llevó a cabo la Asociación junto a la Cámara de Control y Medición de Audiencia (CCMA). Luego de varios años de trabajo y discusión, el nuevo Índice quedó definido en 2006 pero recién en 2008 comenzó a ser aplicado en su plenitud.

El NSE estratifica hogares no individuos. Se estructura en base a dos variables centrales: Ocupación y Educación. No releva ingresos. El sujeto “medido” es el principal sostén del hogar. La base que utiliza para la segmentación de los hogares es la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC. Hay dos grandes agrupamientos: activo (ocupados y desocupados) e inactivo (jubilado/pensionado y rentista).

La ocupación del principal sostén del hogar se divide en 8 categorías jerárquicas determinadas por diversos factores (maquinaria/tecnología que utiliza en el trabajo, si tienen empleados a cargo o no, tamaño de la empresa, etc.). A continuación algunos ejemplos para cada grupo:

G1: estudiante, lustrabotas, paseador de perros.
G2: ayudante de cocina, ayudantes y peones de la construcción, promotor, telefonista, vigilador.
G3: jardinero y peluquero por cuenta propia.
G4: policía, fotógrafo, taxista (dueño sin empresa).
G5: maestro de grado, maestro mayor de obra (en obra), periodista sin personal a cargo.
G6: plomero (cuenta propia/patrón), técnico electromecánico (empleado).
G7: decano de una facultad, médico de hospital (no jefe), ingeniero (no jefe), investigador.
G8: director de escuela, fabricante de muebles (dueño de empresa mediana o grande), peluquero con negocio con más de 5 empleados.

La educación del principal sostén del hogar se clasifica en 7 categorías:

E0: sin educación.
E1: primario incompleto.
E2: primario completo.
E3: secundario incompleto.
E4: secundario completo.
E5: universitario incompleto y terciario (completo o incompleto).
E6: universitario completo, postgrado universitario.

Para tener un perfil más ajustado de los hogares, estas variables se complementan con otras como ser tipo de cobertura médica y si existe otro integrante del hogar que aporta ingresos al mismo.

Aplicadas todas estas variables, los hogares luego se agrupan en 7 niveles identificados con letras: Nivel 1: E (Indigentes. No se los toma en cuenta para las mediciones de audiencia); Nivel 2: D2 ( NSE bajo inferior); Nivel 3: D1 (NSE bajo superior); Nivel 4: C3 (NSE medio bajo); Nivel 5: C2 (NSE medio típico); Nivel 6: C1 (NSE medio alto); Nivel 7: AB (NSE alto).

Lo interesante de este esquema es que se ajusta automáticamente a los diferentes contextos socioeconómicos que vive el país sin necesidad de alterar su estructura. Este claro que alguien que adquirió el mayor nivel educativo no va a cambiar su condición pase lo que pase en el país, pero eso sí puede suceder en alguien que se encuentre en cualquiera de los otros niveles, lo cual, aún cuando no traiga aparejado una mejora en el ingreso personal o de su hogar, sí puede implicar un cambio de nivel en este Índice. Y, por tanto, una ubicación diferente de su opinión y sus gustos. En cierto sentido, que aumente el nivel educativo de los sujetos alcanzados por esta medición es una señal también del progreso de la sociedad.

Muchas veces oímos hablar del segmento ABC1 o del C2 o D1 y no tenemos mucha idea de a qué se refiere. Por eso, me pareció oportuno, en medio de un año electoral (donde abundan encuestas de opinión que hacen referencia a esta segmentación), hacer un breve repaso del origen de todo esto. Para saber de qué están hablando cuando nos dicen que nos están midiendo.


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